miércoles, 26 de octubre de 2011

¿Y usted no conoce un buen pollero?


Durante mi viaje por San Pancho conocí a una muchacha guatemalteca llamada Roselia. Ella se encargaba de hacer la limpieza de las habitaciones del hostal donde me hospedaba.

Platicamos, mas que nada, de las diferencia entre los Estados Unidos y nuestros respectivos países.
Ya conocemos México, el país donde nunca pasa nada, de las eternas manifestaciones, el país donde el que no tranza, no avanza.

Al parecer Guatemala es un país similar o al menos eso entendí del relato de Roselia.
Roselia, por cierto, decía estar muy feliz. Feliz de vivir en un país donde puede tener dos o tres empleos para poder ahorrar unos cuantos dólares al mes. Donde tiene que compartir un cuarto con hasta cinco personas para que alcance la renta.

Claro, al menos el transporte es de calidad, y la ley se respeta ( eso me decía ella ). Y cuando uno visita a sus familiares, ellos creen que uno se da la gran vida porque trae ropa diferente, un iPod, un celular más caro.

La conversación siguió y siguió hasta que me dijo que la vida ahí era dura. Desde luego, no es lo mismo sufrir en Estados Unidos que sufrir en Guatemala donde no hay transporte, donde todos son corruptos, donde no se puede progresar.

¿Qué puedo decir? Yo no se mucho de Guatemala, solo se que yo no dejaría este país lleno de Mexicanos  para irme a vivir a otro país lleno de Mexicanos.
Me gusta México y el que diga que aquí no se puede progresar, pues, realmente no va a poder progresar.
¿Es difícil? Desde luego, pero si no lo cambiamos y mejoramos nosotros ¿entonces quien?

¿De vacaciones? Claro, de vacaciones a donde sea, pero México lindo y querido, si muero lejos de ti, que digan que estoy dormido y que me traigan a aquí.