La verdad es que no he querido escribir. No he querido por que sigo teniendo la misma idea atorada en la cabeza. La misma idea que, lo crean o no, no me deja dormir.
Me ha tomado por sorpresa, lo admito, siento que no estoy controlando mis emociones. Estoy ciclado, estoy viviendo el mismo día una y otra vez.
Dicen que hay que cerrar ciclos, enterrar a nuestros muertos, llorar y seguir adelante. Confieso que no he llorado. Bajo la premisa de boys don't cry, he resistido a la tentación de decir: me duele. Y la verdad es que si me duele. ¿Es una cuestión de orgullo? Me gusta creer que no. Me gusta creer que puedo ver el futuro y el presente no está tomando el rumbo correcto, quiero corregirlo.
Pienso, busco la solución, me niego a recibir los días presentes como el final de una historia. Me niego aunque la razón me dice lo que esta ocurriendo y yo siempre he sido razonable.
Hay momentos en los que solo entendemos las cosas cuando las decimos en voz alta. Cuando nos escuchamos es cuando vemos las cosas desde otra perspectiva.
Esperando que de ahora en adelante, todo sea distinto, diré en voz alta:
Ella no me quiere de la misma manera que yo la quiero a ellaAhora me pregunto si la solución es cambiar la forma en que la quiero o convencerla de que debe quererme tanto como yo a ella. y es entonces, cuando me vuelvo a ciclar y el día de hoy es igual al ayer.