martes, 8 de septiembre de 2009

septiembre 08, 2009 - 19:18 : lo que me gusta de escribir

La verdad, siempre he sido medio cursi. Me gustan los finales felices y esa es la razón por la cual disfruto escribir.

Uno puede escribir lo que sea, lo cual se vuelve un desafio enorme, a veces, es abrumador.

Yo puedo escribir una historia sobre un muchacho, un muchacho que se cree feliz. Un muchacho que se sabe feliz cuando conoce a una muchacha de ojos color miel.

Platican, rien, se conocen. Son felices, realmente felices.
Una historia donde todo es feliz no es atractiva asi que podemos decir que el muchacho, nuestro protagonista está loco y toma decisiones muy raras.
Un día, casi sin aviso, se aleja de la muchacha de ojos color miel.
Sus vidas siguen en paralelo. Se cuentan cosas a distancia, rien, lloran, hasta se cuentan cuentos entre si.

Ahora son menos felices pues no estan juntos, no comparten sus tardes, no se ven sonreir y eso es dificil.

Por culpa de las vidas separadas, se distancian, no a proposito, no por que ellos quieran, es solo que en este mundo siempre hay personas que hacen todo mas dificil.
Dejan de hablarse por un tiempo, pero todos sabemos que el amor es algo realmente poderoso.

Se reencuentran un dia. Comen, rien, saben que juntos son felices, solo que ahora todo es diferente y deben decidir si seguir su vida caminando juntos o por el resto de su vida serán una entrada en la agenda del otro.

Como dije, el problema es la libertad con la que nos encontramos al escribir.
Que entendemos por final feliz?
deben quedarse juntos?
Ella debe ser feliz por su cuenta? El debe intentar ser feliz sin ella?
creo que eso depende del lector, de con quien se sienta identificado.

Creo que un final feliz que yo escribiria, tendria que describir la manera en que su reencuentro los hace querer estar juntos, esta vez para siempre. El la anima a cumplir sus sueños, ella se convierte en fotografa y juntos recorren el mundo, tan felices como el primer día.

Quizas suena cursi.

Quizas algo mas realista seria que ella, se va, recorre el mundo. Le escribe cartas de vez en cuando. El aun se pone nervioso cuando las lee. Sonrie. Ella es fotografa. Gracias a eso, el puede conocer el mundo, a través de los ojos de ella. Y el se siente bien pues sabe que ella es feliz aunque no sea a su lado.

Ah que bonito es escribir y crear finales felices.

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