Al final todo se reduce al tiempo.
Tiempo bueno y tiempo malo, tiempo que al final no se puede recuperar.
Te das de topes en la pared y te arrepientes de no haber aprovechado mejor el tiempo. Hubiera salido temprano, para pasar más tiempo con quien importaba.
Me hubiera despertado más temprano. Hubiera sonreido todo ese tiempo. De repente te encuentras con que ya se acabó tu tiempo y quedas solo. Con todo el tiempo para ti solo. Y te aterra la idea de lo que harás con tanto de ese recurso para ti nada más.
Hasta que un día te das cuenta que el tiempo no se va a acabar jamás y que nada es para siempre y que siempre hay tiempo para que todo se acomode.
Y si no, lo único que queda es disfrutar y recordar que durante todo ese tiempo, fuiste feliz.
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