-Quieres una servilleta?
Me preguntó mientras yo masticaba asi que tuve que tragar antes de agradecer.
-Gracias -le dije.
-Es que aqui no hay -dijo un poco triste- la primera vez, traje comida pero no traje servilletas. Imagina, ni siquiera traia cubiertos.
Yo sonreí.
-Tuve que ir a comprar comida por que no supe como iba a comer lo que traia.
-En serio? -pregunté.
-Si.
El silencio, incomodo para unos, regresó y estuve a punto de concentrarme en mis alimentos, pensando que el chile pasilla tenia un sabor muy bueno.
-Tu tambien trabajas aqui? -me preguntó.
-Si, arriba.
Señale con mi dedo como si ella no supiera donde es arriba.
Asintió con la cabeza y sonrió. Yo seguia preguntandome si la oferta de la servilleta era por que mi ropa estaba sucia o simplemente por que es amable.
Discretamente, miré mi barriga. Limpia, entonces debe ser una persona amable, pensé
Si, eso debe ser, aun existen personas en el mundo que pueden iniciar una conversación con un desconocido sin la idea de extorsionarlo, robarlo, matarlo o mutilarlo.
Yo desconfio de todo y sigo buscando mugre en mi ropa blanca.
2 comentarios:
¡¡ =O !!
Interesante...
pues la verdad si fue una comida mas o menos interesante
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