miércoles, 7 de enero de 2009

Enero 07, 2009 - 18:06

¡Rápido! repetia en mi cabeza mientras la ropa terminaba de centrifugarse.
Impaciente, golpeaba el piso con la planta de mi pie izquierdo.

¿No pueden pasar cinco minutos más rápido?

Más rápido. ¿En que momento pasó esto? Mi mente se dirigió a mi infancia.
Recuerdo que no queria irme a dormir. Deseaba que el día fuera eterno. Jamás tenia prisa.

Ahora solo quiero que el día termine. Y es que veinticuatro años no pasan en vano.
Pensé por un momento: es que mi vida es estresante.
Solo fue un momento, el suficiente para que yo mismo me escuchara y me regañara de nuevo.

¿Estresante? ¿una vida dificil?

¿Cuando fue la última vez que te escondiste en una escuela para protegerte de un bombardeo?
¿Te quedaste huerfano por la guerra?
Te bañaste con agua caliente en la mañana ¿cierto?

No me ha faltado comida nunca, tienes razón, intenté interrumpirme.
Pero era tarde, ya estaba enojado.

¿De que estas cansado? ¿de que estas harto?
Vives quejandote como si realmente lo intentaras.

Te han roto el corazon. ¡Bien! ¿a quién no? y que yo sepa, aun tienes trabajo.
¡Vive, maldita sea, vive!

Segui hablando y hablando durante los cinco minutos que duró el centrifugado de la ropa.
No me seguí escuchando por que a veces me pongo necio. Quienes me conocen en persona lo saben.
Esperé a terminar mi monologo y que la lavadora terminara lo suyo.

Tendí los pantalones, uno a la vez.
Despues, fui a la tradicional partida de rosca.

Salí de casa mas temprano, evitando hacer mucho ruido. No queria despertarme.
Les confieso que no he ido a casa por que seguro, ahí voy a estar, indignado por que quiero que cinco minutos pasen más rápido y seguro me voy a seguir regañando.

Prefiero quedarme aquí, escondido tras el escritorio que ir a hacerme frente y admitirme que soy un anciano que vive en el pasado solo por que me da miedo ver hacia adelante.

Hasta apagué el celular, no vaya a ser que me llame.

2 comentarios:

Silvia Black dijo...

una vez oí en alguna parte que no porque tus penas sean menos que las de los demás significa que sean insignificantes... tal vez no quedaste huérfano pero todos pasamos malos ratos, creo que hay que estar tristes el tiempo correcto y luego ya dejarlo atrás porque si te obsesionas con lo mismo no vas a avanzar
saludos!

Angel Alberto dijo...

la verdad es que nunca habia pensado eso de decir: mi vida no es tan mala, asi que mis desgracias son insignificantes.

lo que si se, es que las penas, con pan son buenas.
y con mantequilla, han de saber riquisimas.