lunes, 10 de noviembre de 2008

noviembre 10, 2008 - 15:21

La primera banda tocaba y a mi me gustaba ver a la vocalista, con su voz gangosa, con su apariencia fresa y pensando que lo mejor del mundo era estar en el escenario.
No, ese es un comentario injusto, yo no se que era lo que estaba pensando.
Despues vinieron mas bandas. La muchacha que tocaba aquel tambor con un cimbal, tiene una bonita sonrisa.

Amaneció.
Algo en mi cabeza no me dejaba dormir.. que pasa, cual es ese pendiente?
Cierto, a las tres tocaba ximena sariñana. Yo salia de mi casa a las 3 pues me desperté a la 1. La perdi de nuevo, me rei muchas veces. siempre se me hace complicadisimo ir a verla. Es un misterio y creo que en realidad tengo miedo de verla asi, de cerquita, cantando.
Pero eso no me importo mucho, aun faltaban los Jaguares, Kinky y por supuesto, Los fabulosos.

supimos esperar impacientemente. Mis pies me dolian. mis tripias gruñian, yo, estaba esperando y esperando, deseando no haberme hecho demasiadas expectativas.
Pasaron las bandas, una a una. Por fin. comenzó el concierto.

Yo, me emocioné. Si no solté la lagrimita es por que me estaban viendo y no iban a escuchar cuando les dijera que me entró una basurita al ojo pues el sonido estaba un poquito alto.
Canté, aullé, grité.
Hasta se me olvidó que me dolian los pies.
Terminó el concierto, sin embargo no tenia esa sensacion de bienestar de aquellos otros conciertos. Algo me faltaba pero nunca descifré que y si lo hice, preferí olvidarlo.
El taxista que me llevó a mi casa, juraba que habia un puente cerca de ella (de mi casa) yo le decia que no y creo que estaba dispuesto a apostarlo y a mi , casi me convence de que hay un puente. Cuando le dije: aqui a la izquierda, se quedo consternado, no sabia que dos calles pueden tener el mismo nombre.

Llegue a mi casa como para avisar que seguia vivo y sali a comer.
Regresando, me di cuenta que las llaves, estaban bien resguardadas en mi casa, en mi cuarto, calientitas, sin sufrir por el frio.
Yo me queria ir a vagabundear, eso se debe hacer despues de un concierto.
Marque el telefono de mi roomie, dos veces.
-perdón pero, se me olvidaron las llaves en mi cuarto y no puedo entrar...

traté de decirlo con un tono que denotara verguenza, pero la verdad es que no sentia mucha.
Por fin entré a casa, dispuesto a dormir, a dejar grabado el concierto en mi cabeza y tambien, dispuesto a no despertar hasta que no oscureciera nuevamente pues tenia mucho sueño y muchos sueños que soñar.

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