viernes, 7 de noviembre de 2008

noviembre 7, 2008 - 17:19

Aburrido, salí de la plaza donde trabajo. Es temprano, iré por los boletos, pensé.
Solo habia que cruzar la calle para poder tomar el camión asi que eso hice. Esperé. Llamé por telefono. El autobus no llegaba. Las personas comenzaban a amontonarse. Si, el ambiente era un poco tenso. Como si al llegar el ansiado tranposrte, todos nos fueramos a abalanzar, a golpear entre nosotros para obtener un merecido asiento en el transporte público.

Me reí de mi mismo. voy al centro, puedo tomar otro camión, me dije. La espera fue gratis. Crucé la calle de nuevo y listo, ya partía rumbo al centro.

Elegí una calle y bajé del autobus. Comencé a caminar por aquellas calles del centro. Fue curioso, senti nostalgia inmediata. Al llegar a Monterrey, vivia yo en el centro. Recorrer las calles de nuevo fue interesante aun cuando solo estuve dos meses por esos rumbos.

Llegué al lugar indicado dispuesto a recoger mis boletos. Complicaciones. Olvide mi número de referencia en el otro celular. Rei para mis adentros. el empleado encargado de llevar a cabo la transacció se rindió inmediatamente y buscó a la siguiente persona en la escala de responsabilidades.
Hola, me dijo. Hola dije yo y sonreí. Una sonrisa de cortesia, nada muy aparatoso. Fue cuestión de esperar unos minutos. Por fin, tuve mis boletos y me fui a mi siguiente destino. Por que no traje la mochila? me pregunte. Tuve que llevar los boletos en la mano y eso me preocupaba ligeramente, ultimamente he estado un poco torpe en cuanto a manipulación de objetos con las manos se refiere. Lo que quiero decir es que, se me caen las cosas.

Me preocuparia, sobre todo despues de haber visto 1 Litre no Namida, cortesia del buen Askot, pero decidí que no lo hare (preocuparme)
Pensé recordar viejos tiempos comiendo hot-dogs frente a la iglesia de la purisima concepción pero lo dejé para otro dia.

Me dirigí a mi segundo destino. Llevaba un tennis blanco y un tennis negro. Me gusta esa combinacion y a veces hace que las cabezas de las señoras mayores exploten. Me imagino como una mujer de tiempos remotos usando una mini falda o un bikini.
Es una de las formas que uso para medir la tolerancia y el envejecimiento de las personas.

Por que, son solo tennis, no es gran cosa, sin embargo hay quienes reaccionan de maneras violentas al ver que mis tennis no son del mismo par. y me pregunto, yo soy el inmaduro?

Despues de la cena, conversaciones, risas y ver a una mujer de cuarenta años embarazada, era hora de ir a casa.

En el camino, pasamos junto a un vagabundo que dormia en el piso.
Sentí la tensión de la persona que iba conmigo.
Que pasa? pregunte. Eres sensible ante las injusticias sociales? Crees que deberiamos hacer algo para ayudar al homeless, a ese vagabundo? crees que en lugar de haber gastado $300 en una cena o en lugar de haber gastado $1000 en boletos, para un concierto, debimos haber ayudado a ese hombre?
Yo usaba el tono que uso cuando intento hablar de cosas serias pero sin parecer serio, un tono con un ligero tono de sarcasmo y ironia.
Su respuesta fue: solo me dio miedo que se fuera a poner loco, esas personas ya no tienen control de sus acciones...
Yo me senti como un necio o algo similar. Intenté decir algo ingenioso, pero lo único que pude decir fue que le tenia mas miedo a las personas "normales", ese señor, el vagabundo, ya no puede hacer nada.
Y tomamos el camión.

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