jueves, 6 de noviembre de 2008

noviembre 6, 2008 - 15:29

Aburrido, decidí ir a buscar la libreria donde recogeria mis boletos. Caminé y caminé. Mi memoria me jugaba bromas pero las ignoré y no las atribuí a la edad o a mi estilo de vida.
2400 algo.. yo recordaba que ese era el numero.
Jamás encontre la mentada libreria. Regresé derrotado. Me senté en mi escritorio a esperar de nuevo. Esperando que pronto tuviera verdadero trabajo que hacer.
Leí. Respondí correos. Escribí unos cuantos comentarios.

Me siento tenso.

Siento como si debiera cuidar cada palabra que digo, para no ofender a nadie. Yo no soy asi, pensé. Yo deberia poder decir lo que quiero, cuando quiero. Que ha cambiado? A que le tengo miedo?

Antes habia decidido que solo comería golosinas. Terminé el jugo, los churritos y abrí la bolsa de galletas.
Comí un par, pero no quede satisfecho. El sabor, no era lo que esperaba. Creo que necesito cafe, pensé. Y salí al cuarto donde está la cafetera.

Vi al guardia en la entrada. Pensé.
Al verlo ahi, sentado. Sabiendo que el debe estar ahi todo el dia, que no puede como yo, salir a caminar si quiere, leer si se aburre, escribir, pensé que su vida debe ser horrible.
Me dije a mi mismo: que bueno que termine a la escuela. Senti lastima por el.
Me enojé por que trata con prepotencia al muchacho de limpieza. No se por que lo hace, quizas por que es un GUARDIA de seguridad.
Sentí lastima, pena. Despues recorde que lo he visto sonreir mas veces de las que yo he sonreido en el mismo tiempo.
Gran cosa.

Regresé a mi escritorio a seguir esperando.

Ojalá tuviera trabajo que hacer.

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