viernes, 5 de diciembre de 2008

Diciembre 05, 2008 - 13:38

Recuerdo que cuando iba en la primaria, alla por 1950, me despertaba tempranito, pues entraba a la escuela a las 8.

Me encontraban desayunando por ordenes maternas como a las 7:00 am si todo iba bien o a las 7:30 si todo iba mal.

Creo que el recreo era como a las 10 asi que a esa hora comia un exotico platillo preparado por mi madre. Casi siempre sandwich de algo.
Llegaba a mi casa como a la 1 o a las 2 segun estuvieran las cosas y despues de un merecido descanso, comía como a las 4 o mas tarde.

En la secundaria se repetia mas o menos el mismo patron. Desayunar tempranisimo por que entrabamos a las 7 y saliamos a las 2.
Teniamos dos descansos. Solo en el primero me alimentaba con un nutritivo refrigerio preparado por mi madre o compraba unos cazares. si, frituras de maiz. Deliciosas.

Salia a las dos, tal como lo dije. Generalmente llegaba a mi casa a las 3. tomaba la micro que decia: revolución, llegaba al metro la raza y ahi, tomaba el mercado pro-hogar, alta lana.

el alta lana.

de nuevo, comia a las 4 o 5.

Al entrar a la vocacional allá en el año 1999, cuando fué el fin del mundo, despertaba como a las 11. Comia a la 1 y me iba a la escuela por ahí de las dos por que entraba a las 3.
Creo que asi era mas o menos el asunto. No volvia a probar alimento hasta las 10 de la noche.
Si, solo dos comidas por dia.

La dinamica se repitió cuando entre a la superior (si, estudios superiores) entraba a la 3, salia a las 9:30, aunque usted no lo crea, en la ESCOM, tenía recreo a las 6. duraba media hora. Generalmente en el recreo, (descanso para los que se sienten viejos) no me alimentaba. solo durante el ultimo año por que llegaba mas temprano.

Ahora que soy un anciano de 30, desayuno temprano. Consumo galletas, consumo cafe, a la 1 ya tengo hambre.
En la noche tengo que cenar de nuevo.
Me la paso comiendo, comiendo como si no hubiera fin y eso que ahora estoy sentado todo el dia.

Cuando era un jovenzuelo me la pasaba corriendo, gritando, saltando, como si fuera un orate.
El cansancio me quitaba el hambre.

O me alimentaba de felicidad.

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